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El Jarron Azul Pdf Download: Un Libro que te Enseña a Vivir con Altos Principios y a Decir "Lo Haré"

  • flugunniojacle
  • Aug 13, 2023
  • 19 min read


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2. - Qu quieres decir con demasiado jvenes? replic Cappy. -Bueno el nico a quien yo considerara competente paraocupar el cargosera Andrews, y el apenas tiene unos treinta aos. - Treinta aos,eh?, pues si no mal recuerdo yo te empec apagar por un sueldo dediez mil dlares al ao y a confiarte laresponsabilidad de dosmillones cuando apenas tenas veintiocho. - Es cierto, peroAndrews.. bueno, no hemos puesto a pruebatodava su capacidad. -Skinner! Interrumpi Cappy con voz resonante. No alcanzo acomprenderpor qu todava no te he mandado al diablo. Dices quetodava no hemospuesto a prueba la capacidad de Andrews? Porqu tenemos aqu genteque no sabemos lo que puede hacer?.....Contstame! El mundo de hoyes el mundo de la juventud, y mteteeso en la cabeza, y dirigindoseal otro administrador continu: - Matt,Qu te parece Andrews para elpuesto de Shangai? - Lo creo capaz. - Por qu? - Porque llevabastante tiempo con nosotros para haberadquirido la experiencianecesaria. - Crees, Matt, que tambin tenga el valor necesarioparaasumir la responsabilidad?..... Eso es ms importante todava quelaexperiencia que Skinner y t consideran como la ms esencial. - Deeso nada puedo decirle a usted, pero me parece que tieneenerga einiciativa, y personalmente es agradable.- Bueno antes de mandarlotenernos que convencernos de quetiene energa e iniciativa.. quetendr esas cualidades cuando debatomar una decisin inmediata, seismil millas distante de sus jefes a 3. quienes pudiera consultar yproceder acertadamente de acuerdo consu criterio. Eso es lo msimportante Skinner. - Tiene usted razn seor Ricks, y creo que esusted quiendebe hacer la prueba. - Convencido, Skinner. El prximorepresentante quemandemos a Shangai tendr que ser un luchador queno se de porvencido. Y hemos mandado a tres que resultaron unfracaso y deesos no queremos ms.Sin decir otra palabra, Cappy seech de espaldas en su sillngiratorio y cerr los ojos. - Parece queva a fraguar la prueba para Andrews, dijo MattPeasley en voz baja aSkinner al salir de la oficina del Sr. Ricks. El destino no permitidejar en paz al seor Ricks en susreflexiones por mucho tiempo. Alos diez minutos el telfono sonaba,y con no poco enfado, como sialguien le hubiera interrumpido untranquilo sueo, tom el receptor ygrit quin eres?.- Seor Ricks respondi la telefonista de lasoficinasgenerales- est aqu un joven que se llama William Peck ydeseaverlo a usted personalmente. Cappy suspir para reflexionar. -Bien, dgale que pase. Un empleado condujo al visitante ante elprecedente de laimportante empresa maderera y de vapores. Alhallarse en supresencia, salud respetuosamente y dijo: - SeorRicks, mi nombre es William Peck, le agradezco austed mucho lafineza de concederme una entrevista.Mirndolo con semblante severoCappy le dijo que tomaraasiento, sealndole una silla frente alescritorio. Al acercarse Peck a 4. la silla, Cappy not que cojeabaun poco y que el brazo izquierdo lotena amputado hasta el codo. -Bien seor Peck, qu desea usted? - He venido a que me de ustedtrabajo respondi Peck-. - Habla usted como si tuviera la seguridadde que va aconseguirlo. - Ciertamente, seor Ricks, yo se que ustedno me lo negar. - Por qu? Peck, sonriendo en una forma que lesimpatiz al seor Ricks,contest:- Yo soy agente vendedor y se quepuedo vender cualquiercosa que tenga algn valor, porque lo hedemostrado durante 5 aosy quiero demostrrselo a usted. - SeorPeck.. Dijo Cappy sonriendo, de eso no tengo lamenos duda, perodgame, acaso sus defectos fsicos son algnimpedimento?- No seorRicks, de ningn modo.. lo que me queda delcuerpo est sano, sobretodo mi cabeza y me queda el brazoderecho. Puedo pensar y puedoescribir y, aunque cojeo puedo ir trasun pedido ms aprisa y mslejos que la mayora de los que tienendos piernas, estoy contratadoseor Ricks?- No seor Peck, lo siento, usted sabr que yo no tomoparteactiva en la administracin en este negocio desde hace 10aos.Aqu simplemente tengo mi oficina para despacharmicorrespondencia particular y atender asuntos personales. Aquiendebe usted ver es al seor Skinner.- Ya vi al seor Skinner,replic prontamente Peck, pero por elmoso en que habl parece que nole simpatic. Me dijo queactualmente no haba suficiente negocio nipara mantener ocupado al 5. personal que tiene. Yo le manifest queestaba dispuesto a aceptarcualquier ocupacin, de taqugrafo paraarriba. Puedo escribir amquina bastante rpido con una mano, puedollevar contabilidad yhacer cualquier trabajo de oficina. - No ledio ninguna esperanza? - No seor.- Entonces -le dijo Cappy en tonoconfidencial-, vaya a ver a miyerno, el capitn Peasley, que dirigelos transportes martimos deesta empresa.- Ya habl con el capitnPeasley, quien me trat con muchaamabilidad, me dijo que con todogusto me dara un puesto, pero quelos negocios estaban tan malos,que por ahora era imposible. - Bueno amiguito, entonces para quviene a verme a mi?Sonriendo nuevamente, Peck respondi: Porquequiero trabajaraqu en esta compaa, no importa de qu, con tal quesea algo queyo pueda hacer. Si me dan trabajo que pueda hacer, serhechomejor que nunca, y si no puedo hacerlos renunciarvoluntariamente,para evitarle a usted la molestia de despedirme.Tengo referenciascomerciales de primera clase.Cappy oprimi un botnen su escritorio, un momento despusentr el seor Skinner, lanzandouna mirada hostil a William Peck yluego otra interrogativa al seorRicks:- Oye Skinner dijo Cappy en voz baja- he estado meditandoelasunto de enviar a Andrews a la oficina de Shangai y he llegado alaconclusin de que nos tenemos que arriesgar. Esa oficina estahoraa cargo de un empleado menor y es preciso nombrar cuanto antesungerente, as que haremos esto, vamos a mandar a Andrews enelprximo vapor, hacindole entender que asumir elcargotemporalmente, si vemos que no da resultado, le ordenaremosquese devuelva para ocupar su puesto actual en el cual esbastenteapto. Entre tanto Skinner, te agradecera mucho que ledieras empleo 6. a este joven.. dale una oportunidad de demostrarlo que puedehacer.. Hazle ese favor Skinner.. Hazme ese favor.. Elseor Skinner bien saba que un ruego de Cappy equivala auna orden, yPeck, comprendindolo mir al administrador generalcon una sonrisa: -Muy bien seor Ricks, dijo Skinner con cierto despecho: Haconvenidocon el seor Peck el sueldo que ganar? - Ese detalle te toca a ticontest Cappy-. No es mi intencininmiscuirme en tus asuntosadministrativos. Naturalmente le habrsde pagar al seor Peck lo quevalga y nada ms. Volvindose hacia el triunfante Peck, lo amonestdicindole:Oiga amiguito, no crea que porque he intercedido porusted ya tienesu porvenir asegurado. Su porvenir usted mismo tendrque labrarloy tiene que comenzar muy pronto. La primera vez quemeta la pata ono d la talla en el trabajo que se le confe, loamonestarn, lasegunda vez lo suspendern por un mes y la tercera vezquedardefinitivamente fuera de esta organizacin, me heexplicadoclaramente?- S seor contest Peck sin vacilar-, todo lo queyo pido esuna plaza en la lnea de combate, y le aseguro que prontome haracreedor a la confianza del seor Skinner. Dirigindose aSkinner:Muchas gracias seor Skinner, por haber consentido en darmeunaoportunidad, har cuando est de mi parte para merecersuconfianza.- Este diablo se dirigi as mismo Cappy- Este tienetacto ytambin tiene sesos, no me explico cmo Skinner no puededarsecuenta de ello. Si este pobre chico se sale un poco de la rayao sebrota en la cabeza alguna idea nueva que quiera poner enprctica,es casi seguro que firmar su sentencia de muerte con estagente decerebro fosilizado que hay en este mundo. El no podrdefenderse,pero por fortuna, todava estoy aqu. El joven Peck,ponindose de pie pregunt: 7. - Cundo puedo empezar? Skinner lecontest con cierta irona: Cuando este listo. Peck mir rpidamente sureloj.. Son las doce, aadi, voy aalmorzar y estar aqu a la una.Skinner se retir mordindose los labios. Al cerrarse la puertatrasde l, Peck levant las cejas, y despidindose del seor Ricks ledijo:Muchas gracias, seor Ricks, ha sido usted un extremo amable,peroparece que no voy a empezar bajo muy buenos auspicios, ytomando susombrero se march. Apenas haba salido cuando Skinner entr de nuevo,msantes de poder abrir la boca, Cappy le impuso silencio levantandoundedo y en voz cordial le dijo:- Ni una palabra, Skinner, ya se loque me vas a decir y admitoque tienes razn, Pero yeme hijo.. cmoera posible rechazar aun joven que tanto empeo tiene en trabajar yque no acepte un NOcomo final? A pesar de que no encontr aqu msobstculos paralograr su propsito no se dio por vencido ni sedesanim. T luchastecontra l, pero l gan, y vaya que tuvo quevrselas con un experto.Qu trabajo le vas a dar? - El de Andrewsnaturalmente.- Ah si, haba olvidado. Dime Skinner, no tenemosdisponiblecomo medio milln de pies de abeto ftido? Skinner asinti,y Cappy, continuando con la avidez de quienacaba de hacer undescubrimiento que cree que causar unaverdadera revolucin en elmundo cientfico le dijo: Bueno, mndalocon esa madera apestosa y unpar de furgones de pinabete rojo ocualquiera de las maderas quecasi nadie quiere ni regaladas. Skinner sonri maliciosamente ydijo: - Convenido, pero si no vende le quitamos su pasaporte. 8. Enel estado de Arizona, Peck consigui varios pedidos demadera derefuerzo para pozos de minas, pero slo hasta que llegal centro deTexas empez realmente a demostrar su extraordinariahabilidad paravender. All se especializ en la venta de madera paratorres detaladrar pozos petroleros, y fue tal el bombardeo de pedidosquemand a las oficinas generales, que Skinner tuvo quetelegrafiarlepidindole que se calmara un poco en la venta de esamadera porestrsele agotando las existencias, y que se dedicara avendermaderas de otras clases.Completando su itinerario, emprendi elviaje de regreso vaLos ngeles, pero de regreso se detuvo en Vallede San Joaqun yvendi dos furgones ms de abeto ftido. Al recibirSkinner eltelegrama, fue a mostrrselo al presidente:- No cabe dudade que Peck puede vender madera le dijo alseor Ricks de mala gana.Ha conseguido 5 nuevos clientes y acabade mandar otro pedido deotros dos furgones de abeto ftido. Creoque tendr que aumentarle elsueldo el primero del ao.- yeme Skinner, por qu diablos quieresesperar hasta elprimero del ao? Ese pernicioso hbito que tienes dedejar para mstarde lo que debes hacer hoy, especialmente cuando setrata desoltar dinero, nos ha costado la prdida de los servicios dems deun empleado. Sabiendo que Peck merece un aumento de sueldo,porqu no se lo das ahora y con gusto? Peck tendr buenavoluntad,trabajar ms todava y por lo menos te considerar comoser humano. -Muy bien, seor Ricks, voy a asignarle el mismo sueldo queAndrewstena antes que Peck tomara su puesto. - Skinner, tu realmente meobligas a recordarte quien mandaen esta empresa, Peck vale ms queAndrews, verdad? - As parece.. - Entonces, por amor a la justicia,pgale ms y haz efectivoese aumento desde el da en que empez atrabajar. Vete de aquque me pones nervioso!..... un momento.. Cmole va a Andrewsem su nuevo trabajo en Shangai? 9. - Dndole a ganara la compaa cablegrfica, contest Skinnercon sarcasmo. Cablegrafacomo tres veces por semana sobreasuntos que l mismo podra resolver,Matt Peasley est disgustadocon l.- Eso no me sorprende.. supongoque Matt vendr a decirmedentro de un poco que yo fui quien escogi aAdrews para el puesto,pero no olvides Skinner, que le advert que elpuesto era temporal. - S seor Ricks.- Bueno, creo que tendr quebuscar a un sucesor e impedirque Matt venga a echarme la culpa encara. Creo que Peck tienevarias caractersticas de un buenadministrador para la oficina deShangai, pero tendr que probarlo unpoco ms. Mirando a Skinner con una sonrisa picaresca: - Oye Skinnervoy a pedirle a Peck que me traiga el jarrnazul. El semi-plidosemblante de Skinner casi se sonroj.- Bueno, notifica al jefe de lapolica y al propietario del bazarpara que no nos cueste tanto.Cappy camin hacia la ventana, mirando la calle pensativoperosonriendo todava y aadi: T convendrs conmigo Skinner,que se me traeel jarrn azul valdr 10 mil dlares al ao comogerente de Shangai. -Sin duda los valdr, seor Ricks.- Bueno, Skinner, haz los arreglosnecesarios para que Peckest listo el domingo a la una, yo meencargar de los demsdetalles. El sbado de esa semana, el seorSkinner no se present ensu oficina, de su casa avisaron por telfonoque se hallaba 10. indispuesto. Su secretaria tena instrucciones deavisarle a Peck queel seor Skinner deseaba hablar con l ese da,pero que debido auna indisposicin repentina no poda verlo en laoficina, quenecesitaba conferenciar con l antes de que salieranuevamente deviaje el lunes, y que le agradecera que lo visitara ensu casa eldomingo en la tarde a la una.Peck contest que con todogusto ira a ver al seor Skinner ala hora indicada.A la una en puntodel domingo se present en la casa deladministrador general, a quienhall en la cama, pero sin sntomas deestar enfermo. Despus dedesearle su pronta recuperacin,entraron en discusin respecto a losnuevos clientes y a perspectivasque el seor Skinner estaba deseosode que Peck investigara. En el curso de la conferencia, Rickstelefone. El seor Skinnerestuvo escuchando por varios minutos,luego Peck lo oy decir: Contodo gusto complacera sus deseos, seorRicks, si no fuera porqueestoy en cama y no podr salir hoy, pero elseor Peck est aqu ycon seguridad no tendr inconveniente en eso queusted desea. - Claro que no interrumpi Peck.. y tomando el receptorseapresur a saludar al seor Ricks. - Oye Peck.. dijo el presidente-quisiera confiarte unencargo, no puedo mandar a un muchacho, peroal mismo tiempo meda pena darte esta molestia. - No ser molestiaalguna, seor Ricks, mande lo que gusteque estoy a sus rdenes.-Gracias, Peck, por tu buena voluntad. Se trata de esto,andando yoen el centro a medio da, pas frente a una tienda en lacalle Sutter,entre Stockton y Powell, y es ah donde en unescaparate vi un jarrnazul. Yo soy muy afecto a los jarrones deornato, Peck, y aunque steno es nada extraordinario sucede queuna dama a quien le tengo unagran estimacin tiene otro igual, y seque nada le agradara ms comoregalo de su aniversariomatrimonial que otro jarrn como ese paracompletar el par que 11. necesita para las dos rinconeras que tieneen su comedor. Yo tengoque tomar el tren a las ocho de este nochepara llegar a tiempomaana a Santa Brbara, donde ella vive, y poderfelicitarlapersonalmente, as como entregarle el regalo y ese jarrn,Peck es loque quiero. - Muy bien seor Ricks, comprendo que siaguardamos hastamaana lunes a que abran la tienda, no podr llegar atiempo aSanta Brbara, sino hasta el martes.- Ese es precisamente elcaso Peck, ojal que lo hubiera vistoayer para no tener quemolestarte. Los siento mucho. - No necesita usted darmeexplicaciones, ni disculpas, seorRicks. Slo hgame el favor dedescribir el jarrn.- Es un jarrn cloisonn, Peck, de un azul entreplido y oscuro,con figuras orientales de pjaros y flores. No tepuedo decir conexactitud el tamao pero me parece que tiene como 30cm de alto y10 de dimetro en el centro y est montado sobre una basedemadera teca. - Con eso basta, seor Ricks, yo le llevar el jarrn.- Gracias Peck, muchas gracias. Me hars entregrmelo 5minutos antesde las 8 en la seccin del tren del pacfico, yo estar abordo deltren en el coche dormitorio nmero 7 seccin A. - Convenido, seorRicks. - Oye Peck, el costo no ser gran cosa. Tu podrs pagarloymaana se lo cobras al cajero dicindole que lo cargue a micuenta.Ricks colg el receptor.Skinner reanud la conferencia y Peckno sali de la casahasta las tres de la tarde, dirigindose enseguidaa buscar el famosojarrn azul. Al llegar a la calle Sutter camin poruna acera, entreStockton y Powell, luego por la otra, y aunque sefij con el mayorcuidado en todos los escaparates y vitrinas quehaba, no pudo ver 12. ningn jarrn azul o de otro color ni tiendaalguna donde vendierantal clase de artculos.- Sin duda que Cappy seequivoc en el nombre de la calle oyo le entend mal dijo Peck para smismo- voy a hablarle portelfono para que me repita ladireccin.Habl a la casa del seor Ricks, pero la criada le informque elseor haba salido y no saba ella a dnde haba ido ni a quehoravolvera. Entonces Peck, regres a la calle Sutter y la recorridenuevo, por uno y otro lado, sin mejor resultado que la primeravez,luego dobl hacia una de las calles que cruzaba, caminandodoscuadras en una direccin y dos en otra, as continurecorriendotodas las calles del barrio sin vislumbrar en ningunaparte enconcebido jarrn azul. No por eso se dio por vencido, sinoqueemprendi la pesquisa en otra zona comercial. Camin calles ymscalles en todas las direcciones sin mejorar su suerte, y comoltimorecurso, se dirigi a una cuadra aislada de la calle Post lanica queno haba recorrido- donde record que existan dos o trespequeastiendas. Al llegar a la ltima de ellas, not de pronto en elescaparateun jarrn azul que al parecer responda a la descripcin delque elseor Ricks quera. Al examinarlo de cerca y convencerse dequeese era en realidad el jarrn que buscaba, dio un profundosuspiro desatisfaccin. Trat de abrir la puerta pero estaba cerradacon llave, como yalo supona.. de todos modos, golpe con fuerza porsi acasohubiera alguien dentro que pudiera abrirle, pero sinresultado.Entonces, levantando la vista, vio en la fachada unletrero quedeca Brownes Art Shop. Sin prdida de tiempo se dirigi alhotelms cercano a buscar en un directorio telefnico el nombre delbazarsusodicho sin encontrarlo. En la gua, estaban escritas 19personasde apellido Browne, entonces pidi en la oficina del hotelundirectorio de los habitantes de la ciudad en el cual hall elnombre deBrowne como propietario de un bazar de objetos de artesituado n elestablecimiento donde haba encontrado el jarrn azul,pero sin darla direccin de su residencia particular.Inmediatamente, cambi undlar por feria y dirigindose de nuevo altelfono empez a llamar a 13. cuantas personas de apellido Brownefiguraban en la gua telefnicade San Francisco, el resultado fuenulo.Procedi a consultar las guas de varias poblacionescercanasdonde suelen vivir muchas personas que trabajan o tienensusnegocios en San Francisco, y continu llamando a cuantosBrowneencontr. Al llamar al ltimo sin mejor xito, ya le corra elsudor porel cuello. Eran ya las 6, Peck volvi al bazar, y mirandonuevamente elletrero, not con gran sorpresa que el apellido deldueo no eraBrowne sino Brown y eso haca necesario que volviera alhotel abuscar a todos los Browns que hubiera en la ciudad. Hizocambiarun billete de 20 dlares en monedas pequeas de valoresdiversos,se dirigi al telfono y de nuevo empez a llamar a cuantaspersonasBrown haba registradas en San Francisco y los suburbios.Alcabo de quien sabe cuntas llamadas, dio con la residenciadel seorBrown que buscaba, pero tan slo para que una sirvienta leinformaraque este seor haba ido a comer a la casa de un tal seorSimn en lavecina poblacin de Mill Valley. Tres personas deapellido Simnaparecan como residentes de Mill Valley y Peckllam a los tres Simnque encontr en la gua, preguntando si elseor Brown estaba all. A latercera llamada le dijeron que s,preguntndole quin era.Peck dio sunombre, transcurri un rato en silencio y luego oyesto: El seorBrown dice que no conoce a ningn William Beck,adems est comiendo yno quiere que lo importunen a menos quesea un asunto de sumaimportancia. - Dgale que se trata de algo importantsimo y que minombrees William Peck, no Beck.- Deck? - No!!!!..... Peck!.....Peck!..... Peck!!!!!..... Llmelo y dgaleque su tienda se estincendiando. 14. Un momento despus, el seor Brown hablabasumamenteexcitado:- Es usted el jefe de bomberos? Pregunt convozentrecortada.- No seor Brown, su tienda no se est quemando, perotuveque decirle eso para hacerlo venir al telfono. Usted no meconoce,pero en el escaparate de su tienda, aqu en San Francisco, viunjarrn azul que quiero comprar urgentemente antes de las 7:45leruego que inmediatamente se venga a abrir el bazar y me vendaeljarrn. - Qu demonios..!!!! Me est usted tomando el pelo o creequeestoy loco? - No seor Brown, nada de eso.. si alguien est loco, esesoyyo.. estoy loco por el jarrn azul y como tengo que salir delaciudad a las 8:00, quiero llevrmelo ahora mismo.- Sabe usted loque vale ese jarrn?- No, ni me importa.. yo lo quiero cueste lo quecueste.- Qu hora es?..... djeme ver..Y despus de un momento desilencio mientras vea el relojdijo:- Es un cuarto para las siete yel prximo tren para SanFrancisco no sale hasta las ocho, as es queno podr llegar allantes de las 8:50, adems estoy cenando con unosamigos y apenashe terminado la sopa. - Seor Brown, a mi todo eso nome importa, ese jarrn azultengo que llevrmelo hoy.- Bien, si nopuede usted aguardar, llame por telfono al seorHerman Joost, miencargado, que vive en Clinton Apartament, elnmero de su telfono es55-32-49; dgale de mi parte que valla 15. enseguida a abrir elbazar y le venda el jarrn. Adis. (El seorBrown colg eltelfono).Peck llam inmediatamente al nmero que el seor Brown lehabadado y pregunt por el seor Hernan Joost. La mam de estecaballerocontest, manifestando que senta muchsimo que su hijono estuviera encasa, pues haba ido a cenar al Country Club. - Cul Country Club?Labuena seora no saba, as es que Peck pidi en la oficinadel hotel unalista de todos los clubes de San Francisco yalrededores y comenz allamar por telfono.Eran ya las 8:00 y aun no haba dado con el talseor Joost, enningn club lo conocan. - Estoy perdido murmur Peck-pero no pueden decir que noperd luchando, el nico recurso que mequeda es romper esavidriera con un ladrillo y echar a correr con eljarrnActo seguido hizo llamar a un taxi, le dijo al chofer queloaguardara a la vuelta de la esquina y le pidi prestado unmartillo.Cuando lleg al bazar encontr un polica parado frente a lapuerta;en vista de eso, Peck continu su camino sin detenerse,msadelante cruz al otro lado de la calle y se devolvi. Ya era denochey al pasar de nuevo frente al bazar, observ un letreroiluminadosobre la puerta en que el apellido del propietario no decaBrown sinoBrocen.Peck fue a donde el taxi lo esperaba y se devolvial hotel.Teniendo uno de esos espritus que no aceptan la derrotafcilmente,volvi a llamar por telfono al domicilio del seor Joost ypor primeravez la suerte le favoreci: el seor Joost haba regresado.Peck, convoz ansiosa le inform lo que deseaba y de la orden quehaba dadoel seor Brown. El cauteloso Joost contest que primerotendra quehablar por telfono con el seor Brown para cerciorarse deque eracierto, agregando que si el seor Brown confirmaba su orden,lestara en el bazar antes de las 9. 16. Con la impaciencia que esde suponer, Peck lo aguardaba.Finalmente a las 9:15 Joost sepresent acompaado de un polica, aquien por precaucin haba pedidoque lo acompaara; abri lapuerta, encendi las luces, y con grancuidado sac del escaparate eljarrn azul. - Cunto vale? preguntPeck- - 2000 dlares, contest Joost.. tan framente como sihubieradicho 50 centavos. Peck tuvo que reclinarse sobre el mostrador parano caer, -2000 dlares!- exclam en una voz y con semblantededesesperacin (tena en el bolsillo 10 dlares solamente). - Aceptausted mi cheque seor Joost? - Yo no lo conozco a usted seor Peckrespondi Joost- - Dnde est su telfono? Joost condujo a Peck altelfono y ste llam a la casa delseor Skinner.- Seor Skinner balbucePeck- estoy en un terrible apuro ycasi exhausto, consegu queabrieran el bazar, pero el jarrn azulque tanto desea el seor Rickscuesta 2000 dlares y yo entend quecostaba una friolera. - No medigas Peck, has estado en busca del jarrn todo estetiempo?- S, yestoy propuesto a llevrmelo.. hgame el favor deenviar a alguienaqu, al bazar del seor Brown, en la calle Postcerca de la AvenidaGrand, con los 2000 dlares, porque yo ya notengo fuerzas para irpor ellos. - Mi querido Peck replic el seor Skinnercompasivamente-no tengo aqu 2000 dlares.. esa es una cantidaddemasiadogrande para llevarla en el bolsillo o guardarla en casa.17. - Bueno, entonces tenga la bondad de venir alcentroinmediatamente, abrir la oficina y sacar el dinero de la cajafuerte. - Eso no lo puedo hacer Peck, porque la caja fuerte tieneunacombinacin que nadie puede abrir antes de cierta hora. - SeorSkinner, hgame el favor de venir de todos modos paraque meidentifique en alguna parte donde nos puedan aceptar michequepersonal.- Tienes suficientes fondos en el banco Peck? Esto, pusofin ala conversacin y pedimentos, y Peck llam enseguida a la casadelseor Ricks, sabiendo que ah resida su yerno, el capitnPeasley.Afortunadamente lo hall en casa, y Peasley lo escuch conbastanteamabilidad: - Peck, es casi increble que te hayan asignadouna misinsemejante, dijo el capitn Peasley. - Sigue mi consejo yolvdate del jarrn azul.- No puedo replic-.. el seor Ricks sesentira muycontrariado si no le entrego el jarrn, l se ha portadoconmigo demanera esplndida y considero un deber ineludible cumplircon estedeseo suyo.- Pero ya es muy tarde Peck, para entregrselo,se fue en eltren de las 8:00 y ya son las 9:30 - Lo s, pero sipuedo obtener el jarrn, yo se lo entrego antesde que baje del trenen Santa Brbara a las 6 de la maana. - Cmo?- Aqu en el aeropuertotengo un amigo que con gusto mellevar en su avin a Santa Brbara. -Ests loco! 18. - Lo s, pero por favor prsteme 2000 dlares- Paraqu?- Para comprar el jarrn azul.- Ahora ya no me cabe duda de queests loco.. si el seorRicks supiera que estas dispuesto a pagar2000 dlares por esejarrn, te mandara al manicomio.- Oiga seorPeasley.. Me va a prestar los 2000 dlares ono?- No Peck, vete a tucasa a dormir y olvdate del jarrn azul.. - Por favor seorPeasley!..... A usted le pueden cambiar uncheque porque lo conocenbien, y a mi no, adems es domingo.. - Bueno.. interrumpi Joost..Vamos a pasar aqu toda lanoche? Peck, colgando el telfono, lo mircon actitud de desafo y ledijo: Es usted conocedor de diamantes?-S, contest Joost.- Me aguardar aqu hasta que vaya al hotel paratraer uno?- S.William Peck sali cojeando tan aprisa como pudo yveinteminutos ms tarde estaba de regreso con un anillo de platinoquetena un hermoso brillante cercado de zafiros. - Se lo dejo enprenda, Peck se apresur a decir, dme unrecibo y cuando haya cobradousted mi cheque vendr a buscar mianillo.Quince minutos ms tarde,con el jarrn azul cuidadosamenteempacado, Peck entraba a cenar a unrestaurante. Al terminar pidi 19. que le llamaran a un taxi, y atoda velocidad se dirigi al aeropuerto.Ah se inform de laresidencia de su amigo aviador, se comuniccon l, y a media nocheambos y el jarrn azul se perdan en lasnubes rumbo al sur.Hora ymedia ms tarde en el valle de Salinas, cerca de la vadelferrocarril, Peck descendi y el aviador emprendi el vuelo deregresoa San Francisco. Peck corri hacia la va frrea con unperidico en lamano, y pocos momentos despus, cuando vi que eltren donde vena elSr. Ricks se aproximaba, hizo del peridico unaantorcha y empez ahacer seas con ella en medio de la va. El trense detuvo, elconductor abri la puerta de uno de los coches paraaveriguar qupasaba, y Peck se meti de un salto. - Quin diablos es usted?,pregunt el conductor. - Por qu hizo parar el tren?- Porque tengourgencia de ver a un pasajero que viene en laseccin A del coche #7, yo le pago mi pasaje.- Ah!..... Es un seor de baja estatura,avanzada edad,verdad?, antes de salir de San Francisco pregunt sino habanvisto a un individuo con un paquete bajo el brazo..- S, esesoy yo, aqu le traigo el paquete que no pudeentregarle a tiempo..hgame el favor de llevarme a su seccin. Hubo que tocar el timbrevarias veces para despertar a CappyRicks, quien al fin abri lapuerta en pijamas.- Soy William Peck seor Ricks, perdneme que vengaaimportunarle a esta hora, pero es que tropec con tantasdificultadespara conseguir el jarrn azul que usted tanto quera, queno pudellegar a tiempo a la estacin. La direccin de la tienda noera la queusted me dio, tuve que buscarla por todo San Francisco yllamar portelfono a todos los Browns y Brownes que hay ah y enlossuburbios; adems, fue imposible conseguir el domingo por lanochelos 2000 dlares que costaba el jarrn, pero aqu tiene usted,por quele promet entregrselo.. y lo que yo prometo lo cumplo. 20.Cappy Ricks miraba a Peck con los ojos azorados, como si lecreyeraloco, Luego se ech a rer, lo hizo tomar asiento, y empez areferirque todas las dificultades con las que se tropez habansidofraguadas intencionalmente, desde la direccin equivocada delbazarhasta el precio del jarrn, pues en realidad slo vala 10dlares.Al or esto, Peck casi de desmay, pero rehacindose,prorrumpien tono alterado y grave:- Seor Ricks, yo estoy acostumbrado aobedecer rdenes sinambages, por necias que parezcan, a cumplir conlos cometidos quese me confen, con puntualidad si es posible, y sino, tan pronto comome sea posible. Desde muy joven me inculcaronlealtad para missuperiores, pero ahora me duele realmente que miestimado jefeactual haya querido hacer de mi un payaso.. Burlarsede un fielservidor. Desde hoy en adelante puede usted mandar aSkinner o aquien se le d la gana a vender su abeto apestoso al cualtantotrabajo me ha costado darle salida. Cappy Ricks pascariosamente la mano por la cabeza dePeck, y le dijo:- Mi queridoPeck, bien s que lo que hice fue cruel,extremadamente cruel; perotengo que confiarte un puesto de talimportancia, que necesitabaponerte antes a prueba paracerciorarme de que podas desempearlo.Por eso te confi la tareams ardua que doy a personas que piensodestinar a cargos querequieren hombres que nunca se dan porvencidos. Ahora tecomunico que en vez de haberme trado un jarrn quevale 2000dlares, saldrs de este tren con un puesto que vale 10000dlares alao como gerente de nuestra oficina en Shangai. La sorpresade Peck al or estas palabras no fue menor que laque haba recibidoantes y el seor Ricks continu: - De 15 hombres a quienes he dadocomo prueba la bsquedadel jarrn azul, t eres el segundo que hasalido airoso. 21. - Gracias seor Ricks, y perdneme lo que le dije.Har de miparte todo lo posible para desempear mi cometido enShangai a suentera satisfaccin.- Eso bien lo s Peck, pero dime: Note viste a punto deabandonar le empresa al tropezar con tantasdificultades casiinsaciable?- S seor, me entraron deseos desuicidarme antes de haberllamado por telfono a cuantos Browns yBrownes hay en SanFrancisco. Pero yo no acostumbro empezar unatarea y dejarla amedias, especialmente desde que, estando enfermouna vez en elhospital, ya habiendo perdido casi la esperanza derehabilitarme, unamigo fue a verme y me dijo: William, tu no eststan grave comocrees.. vas a vivir muchos aos todava Yo le contestque no locrea; entonces, mirndome con semblante serio agreg:WilliamPeck, tu no eres de los que se dan por vencidos y, si te lopropones,te recuperars.. para principiar, sonre. - Desde entonces,mi lema en todo lo que emprendo es: LO HAR! 2ff7e9595c


 
 
 

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